Las Quemadas sabe a dulce de verano. Éste podría ser el eslogan que diera a conocer a las empresas que se encargan de la elaboración de productos especialmente pensados para esta época del año. De este parque salen a diario camiones cargados de helados, barquillos, pasteles, panes, tartas y granizados que demandan restaurantes no sólo de la capital sino también del resto de la provincia y de Andalucía. Su nivel es tan brillante que hay hasta negocios de fuera de la comunidad autónoma que ponen sus miras en empresas instaladas en Las Quemadas para que les suministren esas ‘delicatessen’ con las que complacer a sus clientes más golosos.
Se da además la circunstancia de que buena parte de las firmas del sector que operan en Las Quemadas tienen una honda historia que llega hasta el siglo de vida. Es el caso de Gadea, un referente heladero en Córdoba que inició su actividad hace algo más de un siglo (1915) en El Puerto de Santa María y que hoy cuenta con un maestro heladero al frente de la compañía (Luis Sempere) y una de las cartas más vanguardistas de Andalucía. Cada año comienza con seis o siete variedades que sorprenden a propios y extraños y hacen que una visita a su heladería sea poco menos que una experiencia gastronómica de primer orden.
La carta de Gadea da cabida desde los sabores más tradicionales como la vainilla y el turrón hasta los novedosos de galleta príncipe y Darth Vader, éste último en homenaje al personaje de la saga de La Guerra de las Galaxias. Este año Sempere se ha volcado con el capítulo de los postres para restaurantes. La bola de fútbol de helado rellena de salsa de chocolate y el flamenquín de helado son algunas de sus producciones más atrevidas. Otro de los nombres que suenan con fuerza cada verano, es el de Barquillos Emilio. Esta empresa está ligada indisolublemente al universo de los helados gracias a sus barquillos y galletas de corte, y ahora también conocida por sus tulipas y chupitos, por nombrar tan sólo otros dos de los muchos productos que forman parte de su catálogo. Esta firma opera desde 1960, año en el que Emilio García Cremades echó a andar esta entidad.
Una tarde de pasteles con Ángel Salazar
Ángel Salazar suena a plácida tarde de pasteles. Este histórico de la repostería y panadería de Córdoba también se encuentra instalado en Las Quemadas. Aunque está en activo desde 1973, el modelo que desarrolla actualmente nació años después y no fue hasta la pasada década cuando decidió montar su obrador en este parque empresarial.
En verano, Ángel Salazar recurre más al hojaldre, el croissant y la bollería de desayuno, pero no olvida su amplísima gama de productos, todos ellos preparados con “materias primas de primera calidad”, como así lo expone su gerente, Antonio Salazar. Irresistibles dulces de infinidad de sabores, panes saludables y una perfecta combinación de tradición y vanguardia en la preparación de tartas. Su nivel pastelero ha hecho que cuente con una amplísima red de clientes, entre ellos Panea, de Mercado Victoria, que ofrece a diario los productos de Ángel Salazar.
Jijona, desde 1978
Comercial Jijona también es otra de las firmas de gran peso y nivel de Las Quemadas. Ancla sus orígenes en la heladería de Jijona de la avenida Carlos III en 1978, aunque no fue hasta 2000 cuando decide trasladar su empresa al parque empresarial. Granizados, polos, helados, barras, barquillos y tartas que tienen su principal mercado en los meses de verano. Entre ellos, por su carácter innovador, hay que destacar el ‘Granistant’, un granizado “100% natural” que no necesita máquina y que cuenta con 16 sabores.
